«Al celebrar
el Día Mundial de la
Filosofía, la
UNESCO se propone reafirmar que la filosofía tiene el poder
de cambiar el mundo, pues está dotada de esa capacidad de transformarnos, dando
mayor peso a nuestras indignaciones ante la injusticia, más lucidez para
formular las preguntas que incomodan, más convicción para defender la dignidad
humana.»
(Irina Georgieva BOKOVA, Directora General de la UNESCO elegida el 22 de
Septiembre de 2009;
Sofía, Bulgaria, 12 de julio de 1952. Recogiendo aquí y
ahora el espíritu de la propuesta para la
Proclamación de un Día Mundial de la Filosofía,
sometida a la aprobación de la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO,
para que se diese oficialidad al que ya
se venía celebrando el tercer jueves de cada mes Noviembre desde 2002,
29 de julio de 2005.)
¿Cómo va a gustar
esto al ministro José Ignacio Wert, tan profesionalmente voluntarioso a la hora
de “cocinar” encuestas al servicio de los intereses de quienes se las
encargasen (y pudiesen pagar)?.
¿Cómo va a gustar
esto al ministro Jorge Fernández, tan normativamente
volcado en la confección de una llamada Ley
de Seguridad Ciudadana que criminalice
toda resistencia y disidencia, retrotrayéndonos a los tiempos del difunto
Caudillo de todas las Españas con su “Ley
de Vagos y Maleantes”, hoy “perroflautas
e insumisos, en general”?.
¿Cómo va a
gustarle esto al Presidente del Gobierno
del eterno “shhhh, verá usté...”?.
Todos ellos han
superado brutalmente el viejo chiste de Forges en el que un policía, talonario
de multas en mano, rellenaba la infracción de un ciudadano a la vez que le
mostraba una señal de “prohibido pensar” que coincidía exactamente con su
gesto...
¿Cómo van a querer
quienes viven una vida tan cómoda apostar por algo que “da más peso a nuestras
indignaciones ante la injusticia”, que aporta “más lucidez para realizar las
preguntas que acabarán por incomodarles”, que contribuye a dar “más lucidez a la
defensa universal de la dignidad humana”, y que, en consecuencia, “pretende
transformarlo todo y transformar a todos” (¡con lo confortables que están) para
“cambiar el mundo” (con lo bien que va)?.
Bien cierto es que
una parte nada desdeñable del profesorado de Filosofía (tanto de las enseñanzas
obligatorias como de las superiores) se ha dedicado a sacarse brillo a sí mismo
y ahondar en logomaquias autorreferentes
(y ajenas al mundo), traicionando ese espíritu vital y crítico... Pero,
¿qué quieren?, las potencialidades de ese “amor al saber” siguen intactas, así
que Wert se apresura a recortar tres cuartas partes de su presencia disciplinar
en las enseñanzas obligatorias... Y ¡confiemos en que, en la tramitación
parlamentaria de la Ley
de Seguridad Ciudadana, no se acepte alguna enmienda que introduzca nuevos artículos
para sancionar, con carácter general, cualquier tipo de pensamiento, con multas
que alcanzarán su máxima cuantía cuando se trate de pensamientos críticos con
los amos del mundo o sus
testaferros (que crean la norma)1.
Y eso que somos
miembros de la UNESCO...
Nacho Fernández del Castro,
21 de Noviembre de 2013
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