sábado, 11 de febrero de 2012

Pensamiento del Día, 11-2-2012


«Españoles nacidos y por nacer: sabed que de algún tiempo acá me acosa la idea de conservar empapelados, con los fáciles ingredientes de tinta y pluma, los públicos acaecimientos y los privados casos que me interesen, toda impresión de lo que veo y oigo, y hasta las propias melancolías o las fugaces dulzuras que en la soledad balancean mi alma; sabed asimismo que, a la hora presente, idea tan saludable pasa del pensar al hacer. Antes que mi voluntad desmaye, que harto sé cuán fácilmente baja de la clara firmeza a la vaguedad perezosa, agarro el primer pedazo de papel que a mano encuentro, tiro de pluma y escribo...»
 (Benito María de los Dolores PÉREZ GALDÓS; Las Palmas de Gran Canaria, 10 de mayo de 1843 - 
Madrid, 4 de enero de 1920. Inicio de Las Tormentas del 48, 1902, con la que comienza la  
Cuarta Serie de los Episodios Nacionales, 1872-1912.)
Quizás si con mayor frecuencia hiciésemos el pequeño esfuerzo de plasmar por escrito nuestras impresiones sobre cuanto acontece a nuestro lado y sobre nuestra propia vida, nos resultase imposible mantener el nivel de callada sumisión y ominoso olvido que nos caracteriza en este tiempo en el que los opresores de siempre se conjuran, ya “sin complejos y sin rubor”, para consolidar una “ingeniería de la exclusión” cada vez menos sutil, en vista de que “todo cuela”.
Escribir lo que pensamos y sentimos ante los sucesivos recuentos del paro, ante los retrocesos legislativos, ante los fallos (en más de un sentido) judiciales, o ante las “venturosas reformas laborales” que, abaratando el despido en plena crisis de la actividad económica y el consumo, pretenden que repunte el empleo, nos llevará sin duda a un sarcástico y cruel distanciamiento de nuestras instituciones (esas que debieran encarnar la Justicia, el Bien común, la Verdad y demás valores desteñidos hasta transparentar los intereses que encubren).
O sea, que escribir lo que pensamos y sentimos es, sin duda, personalmente saludable para la coherencia de cada cual, pero un poco peligroso para la estabilidad de la sociedad y el sistema. Por eso las autoridades lo desaconsejan... Es un aviso.
Nacho Fernández del Castro, 11 de Febrero de 2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario