miércoles, 14 de marzo de 2012

Pensamiento del Día, 14-3-2012


«...A los problemas económicos creados por la “jubilación anticipada” se añaden los de tipo moral, la pérdida de autoestima en los humillados trabajadores tratados como parásitos o empujados a la búsqueda de chapuzas eventuales, algunas denigrantes o embrutecedoras, como complemento de la pensión recortada. Es así como deben afrontar algunos, muchísimos, una vejez precipitada y patética.
Y no es literatura. Pero es gratificante constatar que hay literatos que lo reflejan en su obra.»
 (Teresa PÀMIES I BERTRAN; Balaguer, Lérida, 8 de octubre de 1919 - Granada, 13 de marzo de 2012
 Final del artículo “Envejecer desde la literatura” en Monografía Humanitas Nº 1: Envejecimiento, Fundación Medicina y Humanidades Médicas, 2006.)
Ante una sociedad que desprecia la experiencia y el saber hacer, que menoscaba la satisfacción del buen artesano por el trabajo bien hecho, pocos caminos de realización vital auténtica le quedan a la vejez... Perdido en el gran experimento global neurotizante del consumismo, eso que llamamos “el sistema” condena a quienes terminan su “fase productiva” al salto de mata de pensiones siempre menguantes o a la mera condición de mercancía en los circuitos de ocio alienante que tratan de exprimir hasta la última gota de sus posibilidades de consumo.
No es pues raro que las denuncias más lúcidas y radicales de este hecho  y del estado de cosas que lo provoca vengan, precisamente, de intelectuales que avanzan con paso firme hacia los ochenta o, incluso, noventa años... Noam Chomsky o Stéphane Hessel, Emilio Lledó o José Luís Sampedro son buenos ejemplos de ello... Miguel Delibes o José Saramago lo fueron hasta hace poco... Hasta ayer mismo, Teresa Pàmies también lo era. Y por eso es tan importante recordar aquí sus propias reflexiones al respecto en uno de los últimos artículos de su vida.
Nacho Fernández del Castro, 14 de Marzo de 2012

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