sábado, 24 de marzo de 2012

Pensamiento del Día, 24-3-2012

«Podían ser las ocho de la mañana. El sol merodeaba triste tras las nubes y sobre el pueblo y los campos pendía la angustia, una angustia imprecisa y vaga
 (Louis PERGAUD; Belmont, Doubs, 22 de enero de 1882 - batalla de Woëvre, Meuse, 4 de abril de 1915. Fragmento del “Capítulo 1: La declaración de guerra” en el “Libro I: La guerra” de 
La guerre des boutons, roman de ma douzième année –La guerra de los botones-, 1912.)
Superado el “ritual reflexivo” durante el cual nadie reflexiona (quienes lo hiciesen tal vez acabasen por llevar a la práctica la hipótesis literaria explorada por José Saramago en el Ensayo sobre la lucidez), mañana (y, sobre todo, pasado mañana) amanecerá con un sol que, como triste merodeador tras las nubes más grises, apenas será capaz de calentar un poco la común esperanza... Porque, de cualquier modo, aquí y ahora, cada pueblo y cada campo seguirá maldecido por esa angustia que tantos llaman crisis, pero que. en realidad, no es sino una imprecisa y vaga condena a continuos sacrificios incomprensibles, a constantes cesiones insoportables de derechos, a permanentes sumisiones vergonzantes. La condena que señala, como un destino inevitable, una casta política que se conforma con extender el mensaje, hasta hacerlo creíble de tanto repetirlo y multiplicarlo por doquier, y gestionar sus consecuencias, para el beneficio de sus amos y el propio. ¿Hasta cuándo?.
Nacho Fernández del Castro, 24 de Marzo de 2012

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