«Allá iba el tren, sucio y negro, brutal en su carrera con la fatigosa mole de sus máquinas, alejándoles la confusión y el ruido de una existencia absurda que tenía asimismo las entrañas de acero y de carbón.»
(Felipe TRIGO SÁNCHEZ; Villanueva de la Serena, Badajoz, 13 de febrero de 1864 - Madrid, 2 de septiembre de 1916. El médico rural y dos cuentos últimos, 1912.)
Cuando la realidad acecha como una sombra llena de precariedades miles, ¿quién no desearía tener la posibilidad de subirse a un tren que le alejase de ella?... Aunque fuese un convoy sucio y negro, renqueante tras su propia máquina, enorme, hecha y alimentada por los materiales cuyo declive está en el origen de nuestros males.
Pero no hay trenes ya que vayan realmente “a otro lado”... Es lo que tiene la globalización: apenas quedan algunos que, afanosos y tristes, están dispuestos a rastrear dentro del sistema general de opresión y consumo otros lugares “mejor gestionados”. Es decir, capaces de imponer estrategias de opresión más sutiles y de generar con mayor eficacia hábitos consumistas insostenibles.
Nacho Fernández del Castro, 28 de Marzo de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario