«—Comus —dijo, en voz baja y cansada—, tu caso es el opuesto al de la Caja de Pandora. Tienes todo el encanto y las virtudes que un chico podría desear para abrirse camino en la vida, y al final de todo ello guardas el don maldito y fatal de la desesperanza más absoluta.»
(Hector Hugh MUNRO, conocido literariamente como SAKI; Akyab, Birmania, 18 de diciembre de 1870 - Beaumont-Hamel, Somme, Francia, 14 de noviembre de 1916.
The Unbearable Bassington -El insoportable Bassington-, 1912.)
Vivimos una realidad cotidiana en la que las ocasiones para mostrar y desarrollar los encantos y virtudes es de cada cual son casi nulas...
En realidad, a nadie le importan demasiado los encantos y virtudes de cada cual... A la sociedad, al mundo, porque cada cual sólo cobra hoy sentido como mercancía allí donde algún mercado lo reclame, y como consumidor allí donde tenga posibilidad de satisfacer las necesidades que la propia sociedad, el propio mundo, le crea... A los demás, al prójimo, 
porque, en la agitación de convertirse en mercancías aptas para algún mercado y dotarse de recursos para contribuir al consumismo más desaforado, nadie tiene tiempo ya de pararse a intentar conocer verdaderamente a otro.
porque, en la agitación de convertirse en mercancías aptas para algún mercado y dotarse de recursos para contribuir al consumismo más desaforado, nadie tiene tiempo ya de pararse a intentar conocer verdaderamente a otro.Y vivimos, así, extrañados, alienados, en una sociedad de extraños, de alienígenas... Condenados, en medio de este neovictorianismo regulativo, a la desesperanza más absoluta.
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