« Nos miramos a nosotros mismos y a nuestro futuro y reflexionamos sobre nuestras disputas desde, digamos, la Declaración de Independencia. Cuestión diferente es la de hasta qué punto las conclusiones a las que lleguemos interesan en un contexto más amplio.»
(John RAWLS; Baltimore, Estados Unidos, 21 de febrero de 1921-
Lexington, Massachusetts, 24 de noviembre de 2002. Justice as Fairness: A Restatement
-Justicia como equidad: materiales para una teoría de la justicia-, 2002.)
Mirándonos el ombligo, lamentamos las pequeñas o grandes tragedias de la crisis de turno, elaboramos discursos apocalípticos (o integrados) sobre el mañana de nuestra sociedad, nuestro Estado, nuestra civilización... Y, con las bonitas palabras de cualquier benemérita Declaración al fondo, dejamos tranquilamente fuera de nuestros afanes y desvelos al ochenta por ciento de la humanidad.
Y es que, claro, esa gente, con sus pobres lenguas y pequeños dioses, con sus inútiles trabajos y torpes jerarquías, apenas cuenta nada... Y lo que “cuenta”, lo hace por vía oral, sin posibilidad de una mínima resonancia... Son palabras que se lleva el viento. Flatus vocis para el tiempo de las sumisiones aprndidas y la insignificancia rampante en el que, donde no llegan los mecanismos de control simbólicos, vuelven los clásicos: las porras.Nacho Fernández del Castro, 7 de Marzo de 2012
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