domingo, 1 de abril de 2012

Pensamiento del Día, 1-4-2012


«[...] Como la puta,
por culpa de creer que vende amor, olvida
que compra con amor dinero, y por lo tanto
no sabe lo que vende.»
 (Agustín GARCÍA CALVO; Zamora, 15 de octubre de 1926.  Bébela, 1987.)
Nuestra sumisión ante quienes salvan banqueros condenando personas, ante quienes para crear empleo facilitan los despidos, ante quienes tratan de hacer pasar por “necesidad de los nuevos tiempos” el retorno al siglo XIX, nos prostituye... Y lo hace, no porque estemos dispuestos a vender nuestra fuerza de trabajo a cualquier precio y en cualquier condición, sino porque pensando vender nuestra capacidad laboral, compramos en realidad con esa capacidad laboral el miserable dinero que tienen a bien otorgarnos. Sin saber muy bien, u olvidando, que nos estamos vendiendo a nosotros mismos.
En realidad, los mercados de esclavos eran mucho más claros, porque, al menos, todo el mundo era allí consciente de cual era su papel... Pero, claro, parece que el amo adquiría cierta tendencia “moral” a mantener su mercancía humana, los esclavos, en buen estado no sólo para el cumplimiento de las tareas encomendadas, sino incluso después de que éstas estuviesen más allá de sus posibilidades... Y la esclavitud acabó siendo económicamente ineficiente.
Siempre es mejor que los emprendedores (antes empresarios, antes capitalistas) paguen lo que buenamente puedan y quieran a su proletariado (asalariadas y asalariados individuales) y que, luego, cada cual, sin molestos intermediarios ni colectivismos engorrosos, se las arregle como pueda.
Nacho Fernández del Castro, 1 de Abril de 2012

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