martes, 17 de abril de 2012

Pensamiento del Día, 17-4-2012

«Al saber que sir Waldo Hawkridge visitaría la villa, los caballeros y damas del lugar fueron presas de una viva agitación: ¡el famoso heredero de una inmensa fortuna y figura principal de la sociedad londinense, sería por unos días uno más entre ellos!.
Los jóvenes idolatraban al sinigual; los padres lo desaprobaban; y las madres y las hijas lo veían como el mejor y más escurridizo partido de todo el reino. Pero una persona permaneció tranquila. Desde que decidió ser institutriz, Ancilla Trent había dejado los romances de lado y, al principio, el revuelo sólo le divirtió. Pero cuando sir Waldo ignoró a las bellas del lugar, hizo un descubrimiento sorprendente: ¿la estaba cortejando el famoso caballero?.»
 (Georgette HEYER; Wimbledon, Londres, Reino Unido, 16 de agosto de 1902 – Londres, 4 de julio de 1974.  
Un hombre sin igual, 1962.)
Sí, es un tópico... Pero los tópicos se hacen tales porque encierran una buena dosis de verdad... Verdad algo confusa tal vez, acaso desvaídamente común, demasiado carente de rigor, pero verdad al fin. “Siempre deseamos lo que no tenemos”.
Hasta los más selectos y populares aventureros y picaflores acaban por fijarse en quien, en su desinteresada modestia, no les presta la más mínima atención... Y acaso esta pueda ser una buena receta para esa casta política tan interesada en salvarnos la vida (y las patrias residuales) y tan “preocupada” por nuestra desafección... ¡Que nos dejen en paz!, que no se ocupen demasiado de interferir en la vida cotidiana de la ciudadanía, que procuren hacerse notar lo menos posible... Tal vez entonces comencemos a prestarles alguna atención, a interesarnos por su trabajo, incluso a apreciarlos un poquito en lo que valen.
¡Ah!, perdón, se me olvidaba... Lo que valen viene dado por otros, por esos poderes reales a los que verdaderamente representan. Acaso la única manera de recuperar un poco de afección ciudadana sea, precisamente, que “se hagan un poco a un lado” y nos permitan ver quién maneja sus hilos, quiénes les mandan en concreto desde la trastienda... Así por lo menos se podría votar (o no) a las corporaciones favoritas de cada cual con más conocimiento de causa. Y sentir si es Repsol, BBVA o Telefónica la que, en el corazoncito (y la cartera) de cada uno, “se identifica más con España”.
Nacho Fernández del Castro, 17 de Abril de 2012

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