domingo, 13 de mayo de 2012

Pensamiento del Día, 13-5-2012


«Las gentes humilladas son reconocibles al primer golpe de vista. Tenemos la mirada hastiada y ciceroniana de quienes han visto hundirse el universo sin que suene un solo disparo. La antigua tierra es ahora una guía telefónica, a saber, un libro que no dice absolutamente nada pero facilita una charlatanería cómica. Y muy cara, carísima
 (Félix de AZÚA; Barcelona, 30 de abril de 1944. Diario de un hombre humillado, 1987.)
Crecen en el mundo las huestes humilladas, incapaces en su hastío de hacer nada ante una realidad que se quiebra a su alrededor en medio de una paz aparente... Paz de los cementerios que aplasta a una ciudadanía silente y sumisa, inerte y confusa.
Todos somos, de uno u otro modo, humillados: condenados a la insignificancia por la conversión de cada acto en espectáculo, arrumbados a las cunetas de la historia por la obediencia a tantas direcciones forzosas, sumidos en una charlatanería vacua y absurda como lúgubre sucedáneo del diálogo... Y obligados a pagar un alto precio por esa insignificancia, por esos sentidos obligatorios, por ese parloteo casi ridículo. ¡Unos burdos espejismos distractores muy caros!.
Por eso resulta tan urgente convertir nuestra humillación en indignación... Y hacer que se oiga como grito, porque en él se abrirá ya paso la verdad de una alternativa frente a todo lo que nos humilla. Pero que no nos pidan que rediseñemos, aquí y ahora, de forma completa, el mañana. Eso no nos lo pueden pedir precisamente quienes, con empeño digno de mejor causa, nos niegan una y otra vez ese mañana.
Y además, en definitiva, sólo habrá un verdadero mañana para la humanidad si somos capaces de articular los cauces para construirlo colectivamente, más allá de los intereses de los amos del mundo.
Nacho Fernández del Castro, 13 de Mayo de 2012

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