miércoles, 23 de mayo de 2012

Pensamiento del Día, 23-5-2012


«La ciudad parece estar consumiéndose poco a poco, pero sin descanso, a pesar de que sigue aquí.»
 
 (Paul AUSTER; Newark, Nueva Jersey, Estados Unidos, 3 de febrero de 1947.  
In the Country of Last Things -El país de las últimas cosas-, 1987.)
El tiempo de nuestras ciudades se apuntala en apariencias de progreso en toneladas de hormigón y asfalto, en acristalados centros comerciales y edificios de oficinas tan diáfanas en su arquitectura interior como opacas en sus actividades, en torrentes de luces de neón y cataratas de enmarañados ruidos... Y, sin embargo, sus esencias, las que otrora las hacían habitables, se van difuminando entre aristas de exclusión.
Nuestras ciudades se hacen más inhóspitas cada día para quienes pretende poblarlas... Se tornan más escondrijo que refugio, más parapeto que nido, más trinchera que hogar en esta despiadada lucha por la vida que preside el aquí y el ahora.
Por eso sabemos que la ciudad, nuestras ciudades, las ciudades que conocimos y gozamos, se van autofagocitando poco a poco, en un proceso autodestructivo continuo que las va asimilando con las demás ciudades.... Aunque todas ellas parezcan seguir en su sitio.
Nacho Fernández del Castro, 23 de Mayo de 2012

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