domingo, 20 de mayo de 2012

Pensamiento del Día, 20-5-2012


«La suerte es la suerte dijo con una lucecita asesina en la mirada­. Habrá que irse a dormir.
  Yo soy hombre tranquilo; en cuanto oí aquello, gané el rincón más cercano a la puerta.
»
 (Rodolfo WALSH; Lamarque, Río Negro, Argentina, 9 de enero de 1927 – “desaparecido” por 
un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada en Buenos Aires, desde el 25 de marzo de 1977. Cuento para tahúres y otros relatos policiales, 1987.)
Es éste un tiempo de miedos y recelos... La debacle de cualquier perspectiva colectivista, y no digamos universalista, tras decenios de arduo trabajo de los poderes económicos, de sus testaferros políticos y de la industria mediática a disposición de unos y otros, ha dado paso a un individualismo rampante que convierte el comportamiento de la ciudadanía en un cálculo prudencial y continuo de los peligros que acechan tras la mirada de los demás. Ya nadie se fía de nadie y, en medio de la sospecha globalizada, los grandes tahúres, los amos del mundo, hacen tranquila y permanentemente su agosto sin que ninguna de sus víctimas, ocupadas en vigilarse entre sí llenas de miedos difusos y desenfocados, les molesten ni, mucho menos, les inquieten... Es más, si ese agosto bonancible y pródigo para los poderosos de la tierra se torna en algún momento otoño (o, incluso, crudo invierno como el de la actual crisis), sus (no nuestros) “representantes políticos” se ocuparán de hacer que aportemos el calor suficiente para compensarlo entre todos.
Y es que así, de uno en uno, buscándonos la vida y la suerte mientras desconfiamos de quienes tenemos al lado sumidos en idéntico afán y olvidados de quienes nos han colocado en esta situación, sólo atinamos a buscar algún rincón donde protegernos, cerca de las salidas que nos imponen, para ver si, cuando empiecen los tiroteos de los tahúres, logramos salvar, de momento, nuestro pellejo.
¿No es hora de ir sustituyendo los recelos por cooperación para intentar quitar al tahúr de turno las armas y, entre todos, tirar las paredes de las estructuras que nos  asfixian, dejando la salida expedita para todo el personal?.  
Nacho Fernández del Castro, 20 de Mayo de 2012

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