viernes, 18 de mayo de 2012

Pensamiento del Día, 18-5-2012


«Se están produciendo cambios drásticos en aquello que las 
sociedades democráticas enseñan a sus jóvenes. Sedientos de 
dinero, los estados nacionales y sus sistemas de educación están 
descartando sin advertirlo ciertas aptitudes que son necesarias 
para mantener viva la democracia.»
 
 (Martha Craven NUSSBAUM; Nueva York, 6 de mayo de 1947. Sin fines de lucro. 
Por qué la democracia necesita de las humanidades, 2010.)
El sistema político, y su reflejo educativo, trata de configurar una sociedad en la que la búsqueda afanosa del éxito fácil para unos pocos y la mera supervivencia para la mayoría se convierta en condición de la vida. Para ello se educa fomentando el egoísmo (de los “buenos emprendedores”) frente a la solidaridad, primando la intuición estratégica sobre el conocimiento esforzado, apostando por lo utilitario e instrumental y relegando lo comprensivo y crítico...
Se busca y se forja, así, una ciudadanía que se dedique a “buscarse la vida” ahorrándose el esfuerzo de pensar en la vida... Que priorice los resultados frente a los procesos, que anteponga la codicia a la moral y lo económico a lo político, que se olvide de lo colectivo y lo universal en beneficio de lo individual y lo particular... Que deslice la justicia hacia la “ley del más fuerte”, la solidaridad hacia la “maximización del beneficio (propio)” y la igualdad hacia el “¡sálvese quién pueda!”.
Pero claro, una sociedad donde pensar (más allá de lo inmediato) resulta un estorbo, ¿qué tipo de democracia puede sustentar?... Y, lo que es más temible y peligroso, ¿por cuánto tiempo puede mantener una mínima cohesión, sin derivar en una “lucha de todos contra todos”?.
Nacho Fernández del Castro, 18 de Mayo de 2012

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