jueves, 7 de junio de 2012

Pensamiento del Día, 7-6-2012


«La decisión más importante de mi vida se produjo cuando tenía nueve años... Coleccionaba las tiras de Buck Rogers de 1929 cuando un compañero de quinto curso se rió de mí. Rompí los tebeos. Una semana después, rompí a llorar.
¿Por qué lloraba?. ¿Quién había muerto?. Por mí, fue la respuesta. ¡Había roto el futuro!. Eso es lo que había hecho. Y después de aquello nunca volví a escuchar a ningún otro maldito e idiota compañero de clase que dudara de mí. ¿Qué aprendí?. A ser yo mismo y a no permitir nunca que otros juzgasen por mí o interfiriesen en mi vida. Chicos, haced lo mismo. Sé tú mismo. Ama lo que tú (verdaderamente) amas.»
 
 (Ray Douglas BRADBURY; Waukegan, Illinois, Estados Unidos, 22 de agosto de 1920 – 
Los Ángeles, 5 de Junio de 2012. De “Sé tú mismo”, Carta enviada por Bradbury a unos jóvenes estudiantes 
a petición de William Stanhope, 28-10-1991.)
A veces, los demás nos sorprenden a contrapelo imponiendo sus sugerencias o burlas como órdenes que violentan nuestros gustos... A veces, nosotros respondemos sumisa e irreflexivamente al entorno acuciados por una gazmoña necesidad de agradar.
A veces, buscamos obsesivamente las posesiones como fin último de nuestros actos, sin pensar siquiera en el para qué queremos lo poseído... A veces, el tener acaba por difuminar casi absolutamente nuestro propio ser.
 A veces, la vida acaba por tornarse en una espiral de apariencias sin salida alguna para recuperar alguna aproximación a las esencias... A veces, aplastados en negocios absurdos y personalmente destructivos, nos perdemos los más fructíferos ocios... A veces, entregados a la insignificancia en medio de la sociedad del espectáculo, ahogamos en tedios la posibilidad de construir relaciones transcendentales con los demás.
Lo sabemos, los demás están, para bien y para mal, al principio y al final de nuestro yo... Por eso resulta tan importante aprender a gestionar racionalmente nuestras emociones, aprender a desarrollar emocionalmente nuestra razón. Ray Bradbury lo sabía bien hasta ayer... Y fue capaz de ir aún mucho más allá con su imaginación.
Nacho Fernández del Castro, 7 de Junio de 2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario