martes, 16 de octubre de 2012

Pensamiento del Día, 16-10-2012



«A menudo se producían altercados callejeros, y no era raro que se incendiara algún comercio de un súbdito francés o español simpatizante con los galos a los que despectivamente el pueblo comenzó a llamar botiflers en alusión a la flor de la heráldica borbónica.»

 (Juan Ramón BARAT DOLZ; Borbotó, Valencia, 7 de agosto de 1959. Párrafo del “Capítulo 17”en 
1707: El sueño perdido, 2007.)
Es una tradición bien asentada en España la de odiar y hostigar a cualquiera que pretenda refinar nuestros usos y costumbres, mejorar nuestras condiciones objetivas de vida, aumentar nuestros saberes y conocimientos... Lo comprobaron los romanos, los musulmanes, Esquilache o las ínfulas ilustradas de José Bonaparte.
Si tiramos una cabra desde un campanario, lanceamos colectivamente un toro o lo torturamos ritualmente durante un tiempo, es cosa nuestra. Que nadie venga con pretendidas “superioridades culturales”, “derechos de los animales” u otras zarandajas... ¿Que le echamos a Wert para que lo españolice!.
Y, curiosamente, esos desmanes populares contra el refinamiento foráneo, siempre fueron jaleados y animados por los amos del lugar, por las eternas fuerzas vivas...  Entonces no se hacía del asunto una cuestión de orden público, no se clamaba por el uso de las porras y las togas contra ese pueblo levantisco, sino al contrario.
Por eso resulta más curioso que, cuando un ministro de apellido tan poco español como Wert trata de imponernos un credo neoliberal (tampoco muy hispano) desde una ideología educativa que, más que al servicio de la españolización de las periferias, se pone a disposición del capricho de los mercados para producir una gran masa de mano de obra de baja cualificación, presta a aceptar desregulaciones y precariedades laborales, y reproducir las pequeñas élites de alta cualificación entre los vástagos de la clase hegemónica, el “espíritu patrio” no alce su voz contra quienes, perros del amo, tratan de acallar las protestas a porrazos y condenas.
Pero, bueno, a lo peor, es que soy, siguiendo “devaneo intelectual” de Alfonso Alonso (portavoz en el Congreso de los Diputados del partido en el Poder) sobre la condición de las familias que apoyan la huelga de estudiantes contra la actual política educativa, “un poco batasuno”... Pero no un botifler, que a mi las dinastías reales (tan transnacionales todas ellas) me traen bastante al pairo.  
Nacho Fernández del Castro, 16 de Octubre de 2012

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