lunes, 29 de octubre de 2012

Pensamiento del Día, 29-10-2012



«No debería lamentarme puesto que, en definitiva, fuimos nosotros los que decretamos la demolición formal del pasado; por lo visto, ignorábamos que las formas definen los contenidos; no nos habíamos percatado de que ciertas actitudes, en apariencia insignificantes y hasta un poco tediosas, sostienen sobre su frágil estructura implícita el edificio entero de la civilización. Fuimos nosotros los que abdicamos de transmitirlas a los chiquillos, de manera que seguramente es justo que ahora tengamos que padecer este desorden que nos pone a merced de su impenetrable salvajismo y que cada día que pasa me pesa un poco más.»
(Olga GUIRAO; Barcelona, 1956. Carta con diez años de retraso, 2002.)
El pasado ya no es patrimonio del conservadurismo... Las gentes de orden, conservadoras y bien pensantes, prefieren, desde sus privilegiadas situaciones, hablar del futuro. O sea, de prolongar su ventaja en el futuro cueste lo que cueste y caiga quien caiga.
Somos quienes anhelamos un poco más de igualdad en el mundo y en la vida quienes, vaciados de esperanza, debemos recurrir ahora al ayer como único territorio propicio para recuperar los pasos, para recobrar algo de iniciativa, para poder volver a soñar. Entre la escasez de mañana biológico para las generaciones maduras y la configuración social interesada de un futuro precario para las generaciones jóvenes, sólo nos queda el pasado.
Pero no nos arrepintamos ahora de haber contribuido a demolerlo, a sepultarlo bajo toneladas de olvido instrumental o efímeros consensos... Como decía Spinoza, “quien se arrepiente, es doblemente miserable”.
Se trata, más bien, de recuperar lo mejor de antaño para, tornándolo presente, alentar hogaño el urgente cambio de esos horizontes que se nos niegan.
Nacho Fernández del Castro, 29 de Octubre de 2012

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