«Dios –según
Nietzsche– está muerto,
pero, como arma de usos múltiples,
sigue siendo operativo.
Y, al no estar protegido por
patentes,
es comercializado en todo el mundo.»
(Günter Wilhelm
GRASS; Ciudad libre de
Dánzig, actual Polonia, 16 de octubre de 1927; Premio Príncipe de Asturias de las Letras y Premio Nobel de Literatura 1999.
"Breve homilía dominical" en Acuarelas, 2002.)
Por
eso, aunque en buena parte del mundo
económicamente desarrollado el proceso de secularización ha evolucionado con éxito en las conciencias de la ciudadanía, generando
ambientes “razonables” de convivencia
tolerante, las religiones
institucionalizadas, gestoras de alguna representación
operativa de la divinidad, mantienen un “poder en la trastienda” derivado
de las potencialidades residuales de todo dios como legitimador de arbitrio político.
Por
eso también, ese poder político, los Estados y sus estructuras formales, no
tiene ningún interés en responder a esa razonable “secularización ciudadana”
con propuestas socialmente sensatas
de ritos de paso (de nacimiento, de
paso a la adolescencia, de llegada a la madurez, de unión de proyectos
personales de vida, de muerte) capaces de sustituir el control que las
religiones institucionalizadas siguen manteniendo sobre ellos.
El
Estado moderno (y las fuerzas vivas
que constituyen los poderes reales en cada contexto social) siempre supo
perfectamente que la religión era un
excelente aliado para el control del
pueblo (ya Voltaire decía que la
moral es la religión de los fuertes, como la religión debe ser la moral de los
débiles) y, por eso, dios, aunque
“racionalmente
muerto” (léase, si se quiere, “innecesario”), podía y debía
seguir prestando valiosos servicios como “arma de usos múltiples”... Sobre todo
para deslegitimar y demonizar las
disidencias y resistencias. Y, ¡aprendan los mercaderes y defensores del
copyright!, para tales usos
instrumentales siempre fue mejor la carencia de patentes protectoras... Porque,
¿qué mejor que un dios dúctil y hasta
acomodaticio, capaz de comercializar esas nuevas funciones según
las peculiaridades de la demanda de cada
pueblo?.
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