«Demora
habrá una victoria para aquél
que en la derrota crea, un cielo
derramado e inexistente, verbos
de horrendas apariciones, deberes
para con el hombre, deberes para
con el sueño, noches que callen
pasos de ángeles emboscados,
cadáveres repetidos y numerados
como la única salvación.»
(Kepa MURUA; Zarautz, Gipuzkoa,
1962. “Demora” en Cardiolemas, 2002.)
Pero
esperamos, vencemos el desánimo, miramos
y decimos porque, más allá de lo esperable, lo sentimos como un deber inexcusable con la humanidad toda y con sus mejores sueños pasados, presentes y futuros.
Y
no podemos simplemente confiar en que esos ángeles emboscados tras los cuatro poderes, ejecutores y
propagandistas de los intereses del discreto
poder real, arbitren nuestra salvación,
liberándonos de sus hileras
de cadáveres repetidos y numerados.

El
sistema mata simbólicamente, sometiéndonos a un dilema forzado entre alienación o exclusión social, y realmente,
mediante el “suicidio asistido” de una degradación
física acelerada o de un cierre drástico
de horizontes vitales.
Nacho Fernández del Castro, 28 de Octubre. de 2012
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