«La industria cinematográfica no se puede
permitir un salto en el vacío. Todos conocemos la complejidad de nuestro
trabajo, tan difícil como inestable, y cualquier
giro imprudente puede llevarnos a una catástrofe.»

(Enrique GONZÁLEZ
MACHO; Santander, Cantabria, 1947. Discurso, como Presidente
de la Academia
de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, en la Gala de
entrega de los Premios Goya 2012, 19-2-2012.)
Alta Films lleva, bajo la batuta de Enrique González
Macho, treinta y siete años contribuyendo a proporcionar a la ciudadanía
hispana eso que se dio en llamar cine de
culto, no tanto por motivos elitistas como por su indiscutible contribución
al cultivo del gusto por las buenas películas
alejadas de las superproducciones, los
efectos especiales y las estrellas de cartón piedra. Desde Alta Films, personas como Nieves Maroto contribuyeron decisivamente a
hacer del cine un instrumento didáctico
de primer orden al servicio de quienes pretendíamos enseñar.
Por eso hoy no podemos sino sentir en nuestras
carnes el escalofrío de ese salto al vacío
de la industria cinematográfica frente
al que propio Enrique advertía en su primer discurso como Presidente de la Academia... El
giro imprudente parece dado, y en vez
de explorar nuevos caminos que permitan sostener las pequeñas producciones de calidad desde y en los nuevos medios, productores,
distribuidores y creadores se han dedicado a la rebañar los restos del
naufragio buscando extender, como un último estertor, el cobro de todo tipos de
derechos (de creación, de autoría, de producción, de exhibición,...) hasta quemar los últimos espacios para el buen cine.
Así que, acaso, lo que siempre fue difícil e inestable, parece haberse
tornado imposible, en estos tiempos
donde sólo florecen los negocios de
rendimiento rápido...
¿Podrá aún la creatividad
amateur reinventar el cine de autor
desde los nuevos medios digitales
para conquistar otros espacios para la
degustación colectiva y parsimoniosa?. Sino es así, la humanidad entera
habrá perdido algo muy valioso. Y sólo a algunos privilegiados nos quedará el
regusto amargo de la nostálgica memoria de los Cines Renoir y Alta Films.
Nacho
Fernández del Castro,
18 de Abril de 2013
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