miércoles, 24 de abril de 2013

Pensamiento del Día, 24-4-2013



«En mi juventud
era alegre y licencioso
Bebía y perseguía a las chicas
como el joven San Agustín.
San Agustín
terminó por ser santo.
Si yo también llego a serlo
mamá, por favor, no te desmayes.»
(Kurt VONNEGUT Jr.; Indianápolis, Indiana, Estados Unidos, 11 de noviembre de 1922 - Nueva York, 
11 de abril de 2007. Uno de los calipsos, poemas aforísticos, de Bokonon que aparecen en Cat's craddle 
–Cuna de gato-, 1963 –edición en castellano, entre otras, de 1988-.)
La juventud es, en buena medida, la condición y la voluntad de (y hasta la ocasión para) la licencia, el afán permanente por tornar lo lúdico en lúbrico... Los años nos van dando reposo y cierta sabiduría (o es precisamente el reposo, el alejamiento de la licenciosidad lúbrica, lo que nos va dejando tiempos y espacios para rellenarlos con apacibles aprendizajes y experiencias serenas), por lo que las personas que, tras la juventud, tardan mucho tiempo en vernos, suelen sorprenderse, cuando lo hacen, de la evidente ausencia de nuestros ímpetus de antaño y presencia de una notoria relajación en los gestos y facciones de hogaño... Vamos, un atisbo de recién adquirida y laica santidad.
Pero nuestros ancestros y las gentes que han seguido frecuentando nuestro trato nunca debieran dejarse sorprender (y menos desmayarse) ante ella... Siempre se debe albergar la esperanza en efímeras y dichosas regresiones.
Nacho Fernández del Castro, 24 de Abril de 2013

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