lunes, 12 de noviembre de 2012

Pensamiento del Día, 12-11-2012



«El mundo ya empieza a quejarse, se asfixia, inundado de formas, sepultado bajo montones de cosas, estrangulado por los pensamientos que fingen ser necesarios, útiles o hermosos.
(...)
El Apocalipsis puede presentar formas distintas. A primera vista, la menos dramática será aquella en la que el hombre perezca bajo una avalancha de cosas inútiles, de palabras despojadas de significado, de actividad excesiva...»
 (Ivan KLÍMA; Praga, Checoslovaquia, hoy República Checa, 14 de Septiembre de 1931. Amor y basura, 2007.)
El mundo, o sea, la gente, la ciudadanía de a pie, eso que antes llamábamos “el pueblo”, ya comienza a quejarse... Ya comienza a protestar por tantas formas impuestas que le asfixian, por toda esa acumulación de cosas inútiles bajo las que se siente sepultado, por toda la logomaquia de pensamientos aparentemente hermosos que someten torticeramente su voluntad.
Muchas personas de buena fe consideraron que los efectos del 15M y sus movimientos aledaños habían sido nulos (o, incluso, habían allanado el camino para el acceso del conservadurismo al poder casi absoluto)... Pero hoy sabemos que, catalizando el activismo antidesahucios sin apropiarse de él, han logrado extender una corriente de simpatía ciudadana y de opinión pública hacia esta causa, hasta forzar a la casta política a poner freno a tan vergonzosa tropelía.
Quienes dicen ser nuestros representantes no lo han hecho, evidentemente, porque, de repente, hayan adquirido una dimensión ética de la que carecieron durante más de un lustro, ni por la conmoción tras los recientes suicidios mediáticos, pues sabían perfectamente que cada uno de los cientos de miles de deshaucios dejaba tras de sí varias personas en una situación vital límite... Lo han hecho, simplemente, por “salvar su (bien asentado) culo” ante la que se avecina.
Alguno de sus amos ha salido, sin embargo, a decir que no se debe olvidar que “las deudas hay que pagarlas”... Afortunadamente ya le han contestado algunos jueces (esos “pijos ácratas” según la imaginativa visión de algún portavoz parlamentario conservador) al pedir que la nueva normativa sobre desahucios les de vela para examinar la evidente abusividad de alguna de las cláusulas presentes en muchas hipotecas, para, en consecuencia, poder declararlas nulas. ¡Si hasta la policía comienza a negarse a participar en las ejecuciones de desahucio por objeción de conciencia!. ¿Un nuevo colectivo de “pijos ácratas” quizás?.
En cualquier caso, como otros presentíamos, el 15M y sus aledaños señalaban, al menos, el camino de una nueva esperanza... La de evitar el sinfín de acciones protocolares y ritualizadas en las que malgastamos nuestros afanes cada día, la de recuperar un lenguaje donde las palabras tengan conexiones auténticas con la realidad, la de reducir esa montonera de cosas inútiles bajo la que hasta la posibilidad del placer languidece... En definitiva, la de impedir el Apocalipsis bajo el capitalismo globalizado.
Nacho Fernández del Castro, 12 de Noviembre de 2012

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