viernes, 23 de noviembre de 2012

Pensamiento del Día, 23-11-2012


«-¿Ha robado muchas almas con su cámara?.

-Sí, completamente. Además te la entregan perfectamente, de hecho están deseando entregarlas. Estoy de acuerdo con esos pieles rojas que pensaban que si les fotografiaban, les robaban el alma. Aunque, por supuesto, no se la robo para quedármela, luego la devuelvo, claro. Digamos que después de pasar por mi estudio la gente se va engrandecida, se van sublimados, como si salieran volando por la ventana.
-No querrá decirme con esto que con la fotografíaterapia hemos topado.
-Mi estudio es una mezcla del cabaret alemán de entreguerras y el gabinete de Sigmund Freud. Yo saco la belleza que la gente tiene dentro. Quién sabe, a lo mejor soy más psiquiatra que fotógrafo.»
 (Pablo PÉREZ-MÍNGUEZ POCH; Premio Nacional de Fotografía 2006; Madrid, 29 de diciembre de 1946 - 
22 de noviembre de 2012. "Pablo Pérez-Mínguez, Fotógrafo: «Quién sabe, tal vez soy más psiquiatra que fotógrafo»", entrevista en ABC, 25 de Agosto de 2007.)
Poco a poco, con la parsimonia de las despedidas difíciles, una generación, la de la movida y sus retratistas, nos va dejando... Entre cadáveres jóvenes (y no siempre bonitos) y supervivientes un poco patéticos, lo que fue un estallido de color y diversidad en la más gloriosa manifestación de libertad del "todo vale" postmoderno, va apagando su llama. Quedan los caminos intuidos o iniciados, la divertida perversión polimorfa y la exaltada policromía gótica que inundó las manos y los muros, los labios y las ondas, las plazas y las miradas frente a la monotonía gris  del orden establecido por la dictadura recién acabada.
Es oportuno decir esto ahora, cuando se acaba de ir prematuramente uno de los más eminentes y sistemáticos cronistas gráficos de ese momento... Quien convirtiera su estudio de Montesquinza en un verdadero santuario abierto igual a los ritos irrepetibles del desmadre barroco de los cuerpos y las almas que al testimonio visual de todo ello, resultaba aquí y ahora un "testigo incómodo" de esta nueva era que quiere retornar la cultura (y la vida)  al tedio monocromo y sumiso de los tiempos del caudillaje.
Así que la naturaleza fue también oportuna... Sin duda le resultaría bastante insoportable el neoinmovilismo cultural de tantos personajes sin alma que robar y sublimar con su cámara... O sea, le resultaría bastante insoportable ver a Wert (y sus compinches).
Nacho Fernández del Castro, 23 de Noviembre de 2012

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