«Se dio cuenta de lo mucho que echaba de menos todo aquello. Sobre todo
ahora, entrando allí del modo que lo hacía, desde fuera. Como un advenedizo. Se descubrió a sí mismo anhelando el
sentimiento de pertenencia que tan férreamente te imprimían las paredes de una
institución como la universidad.»
(Cristina CERRADA ORTEGA; Madrid, 28 de marzo de 1970. Alianzas duraderas, 2007.)
¿Quién
no recuerda momentos de miedo,
concreto o difuso, en esas instituciones
educativas?, ¿quién no guarda la espinita de mil sensaciones de pérdida de tiempo o de colonización conceptual e ideológica casi
insoportable sufridas entre sus paredes?...
Y,
sin embargo, ¡que nostalgia nos
produce la visión madura de esas paredes o su simple recuerdo!.
Allí
fue evolucionando nuestra socialización
secundaria, institucional y normativa,
sí, pero a ka vez fuimos adquiriendo las habilidades
que nos permitieron incorporarnos a grupos,
más o menos definidos, de adscripción voluntaria,
tan esenciales en cualquier proceso de resocialización
crítica.
Nacho Fernández del Castro, 9 de Noviembre de 2012
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