lunes, 26 de noviembre de 2012

Pensamiento del Día, 26-11-2012



«El trastorno emocional, la enfermedad moral y el desamparo individual quedan como rasgos ubicuos de nuestro tiempo. Nuestra muy proclamada forma de democracia ha sido, con desconocimiento de muchos  americanos, subvertida por su contradictoria relación con el verdadero objetivo al que se dirige: la libertad humana, la justicia social y la tolerancia y el respeto por la diferencia
 (Peter McLAREN; Toronto, Ontario, Canada, 2 de Agosto de 1948. Párrafo de la “Introducción” a  
Critical Pedagogy and Predatory Culture –Pedagogía crítica y cultura depredadora-, 1995 
-1999 para la edición en castellano-.)
Vivimos tiempos duros para los más en lo personal... Pero, sobre , todo vivimos tiempos muy duros para todos en lo político.
Nuestras, tan en vano, nombradas y renombradas democracias, siguiendo la estela y el dictado de las líderes (naciones, empresas, personas) mundiales, han pervertido los objetivos generales que las legitimaban: la libertad universal, la justicia social y la tolerancia ante la diferencia.
De hecho se han ido convirtiendo progresivamente en teatro, en una pura representación formal que apenas esconde ya sus verdaderos fines: legitimas como necesarios los intereses de los amos del mundo... O, dicho de otro modo, crear y difundir el imaginario colectivo que “naturalice” el principio de que la libertad sólo debe estar al alcance de quien pueda pagársela, la justicia debe acercarse progresivamente a la “ley del más fuerte”, y la tolerancia sólo la merecen quienes asientan su diferencia sobre una “capacidad de emprendimiento” manifiesta en dinero de curso más o menos legal.
Afortunadamente, son cada día más las personas que se van dando cuenta de tan negra comedia... Los trastornos emocionales, los déficits morales y la extensión de diversas formas de vivencia individual del desarraigo y el desamparo así lo muestran y se van convirtiendo en un signo global de nuestro tiempo. Pero también va extendiéndose la conciencia racional de la farsa y, ante eso, los poderes formales y reales se muestran más inquietos: no pueden comercializarla a través de distintos formatos terapéuticos, así que deben retornar a la deslegitimación social, las porras y las togas.
Nacho Fernández del Castro, 26 de Noviembre de 2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario