«El orden económico nos impone el olvido..., y el olvido de
que hemos olvidado.»
(Jesús
IBÁÑEZ ALONSO; San Pedro del Romeral, Cantabria, 29 de febrero de 1928 –
Ruan, Francia, 5 de Agosto de 1992. “Paradojas de la negociación” en la compilación de artículos políticos, inéditos o publicados en
revistas durante la
Transición, A
contracorriente, 1997.)
Ahora
bien, el olvido sin más no basta,
pues siempre habrá alguien que, resistente
y disidente, asuma el recuerdo y trate de colectivizarlo, de hacer que los demás recuerden desde y con su propio ruecuerdo.
Y
no hay nada más peligroso para quien manda que el recuerdo de quienes no les
queda otra que obedecer, porque esa memoria podría llevarles al convencimiento histórico de que sólo la lucha paga cuando no se quiere
aceptar la mera condición esclava.
Por
eso la condición suficiente para que
el miedo cumpla eficientemente su
función de control social es la
imponsición del olvido general de que se
ha olvidado... Porque sólo así, la obediente
sumisión podrá resultar hasta grata para una ciudadanía tornada en esclavitud
satisfecha... Y quienes aún quieran optar por la persistencia en el recuerdo, serán unánimemente considerados versos libres delirantes y demonizados como enemigos del pueblo (ya intenten rodear un Parlamento cualquiera,
ya intenten acampar en un espacio público).
Hasta
entonces... ¡Sólo la lucha paga!.
Nacho Fernández del Castro, 27 de Noviembre de 2012
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