viernes, 30 de noviembre de 2012

Pensamiento del Día, 30-11-2012



«Luciente espejismo que vi
en los idus de agosto por la linde

crepuscular de la marisma, cerca
del arenal de Argónida,

mientras las monocordes
dependencias del sueño disputaban

su parte de ficción al predominio
de la brumosa realidad,
¿cómo podría yo olvidarme
no de lo incierto de esa historia

por nadie atestiguada,
sino de la razón que me ha asistido

desde entonces, habitante

de otro espejismo donde sólo
sigue siendo verdad lo que aún no conozco?.»

(José Manuel CABALLERO BONALD; Jerez de la Frontera, Cádiz, 11 de noviembre de 1926;  

Premio Cervantes 2012. “Argónida, 13 de agosto” en Descrédito del héroe, 1977.)

Vivimos en la sociedad del espectáculo, inmersos en un juego de espejos tan intrincado que ya nadie sabe distinguir las historias más inciertas de las verdades posibles intuidas por una razón precaria... Gigantesco espejismo, el mundo se abisma en los límites interesadamente confusos que separan la apariencia de la realidad; y no porque no haya testigos de los hechos más claros y distintos, sino porque, bien lo sabemos, el creciente colectivo de las gentes dispuestas a cumplir esa función está al sumiso servicio de los intereses y designios, más o menos caprichosos, de los amos del cotarro. Aquí y ahora todo es imagen distorsionada, reflejo de reflejos, representación paródica o trágica, imaginario impuesto...
Así que arrastrados por la proliferación inconexa y contradictoria de los relatos sobre lo que pasa, prendidos del resto de conciencia que nos aconseja la permanente sospecha, sólo podemos sentir como única verdad posible lo que aún no conocemos.
Nacho Fernández del Castro, 30 de Noviembre de 2012

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