sábado, 3 de noviembre de 2012

Pensamiento del Día, 3-11-2012



«[La actitud literaria Afterpop] se define por una ironía inestable y reconocida que se pone de manifiesto en una serie de continuos deslizamientos entre distintas maneras de abordar el permisivo caos de años de la cultura de consumo. En algunos casos se trata de una actitud retro (…), en otros, encontramos un gesto engagé.»
 (Eloy FERNÁNDEZ PORTA; Barcelona, 1974. Afterpop. La literatura de la implosión mediática, 2007.)
Quienes hemos crecido en medio de los últimos coletazos del caos de la gran cultura de consumo no podemos situarnos ante el mundo más que desde la atalaya de una ironía consciente, aunque un tanto voluble y veleidosa.
Ello, inevitablemente, abre una distancia entre quien observa y el mundo (la misma que intuía Hegel en la evolución, que él consideraba posthistórica, o sea posterior a su tiempo, del arte)... Por eso, tal vez, nos cuesta tanto “bajar a la arena” a luchar por transformarlo, aunque mantengamos un cierto afán de compromiso.
No es (o, al menos, no siempre es), por lo tanto, cuestión de conformismo, de giros conservadores o de sumisiones aprendidas... Es (o, al menos, con frecuencia es) sobre todo una cuestión de pereza intelectual o de falta de ánimo vital para intentar el salto que supere esa distancia.
Y, sin embargo, ¡qué gran arma es la ironía para combatir la nueva arrogancia con la que ejercen su dominio los amos del mundo, con la que llevan a cabo su representación los testaferros de la casta política, con la que dan voz a sus intereses los medios de manipulación (perdón, de información) social!.
Ese es el paradójico reto: poner la ironía, que nos distancia del mundo, al servicio de la transformación del mundo... O, por lo menos, de un discurso de la resistencia ante el oprobio globalizado que resulte útil más allá de las pocas razones para la esperanza.
Nacho Fernández del Castro, 3 de Noviembre de 2012

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