«Así es el ser humano: subjetivo
y con memoria selectiva.»
(Cielo LATINI; La
Plata, 14 de junio de 1984. Abzurdah, 2006.)
Así que la memoria colectiva sólo puede salir del contraste intersubjetivo de las memorias
particulares y, siendo así que nadie puede abdicar sin larga quiebra de sus
representaciones del mundo e imaginarios,
que nadie puede arbitrar “suspensiones temporales” de su modo de ver y entender
la realidad, cualquier intento de hacer pasar por indudablemente objetiva una narración
sobre el presente o el pasado, debe resultar altamente sospechosa... De
hecho, sería muy saludable la adopción de una escéptica sospecha ante cualquier
narrativa histórica o sociológica que no comience por explicitar las
cosmovisiones e imaginarios de los que participa. Porque, de no hacerlo,
resultarán más fiables hasta las narraciones sobre el futuro, porque al menos
en ellas sí aparecen claras (por mucho que se mantengan en el ámbito de lo implícito)
tales coordenadas. Esta es, probablemente, la gran aportación crítica (frente a la pretensión
moderna de una razón única para
una narrativa omnicomprensiva) del pensamiento postmoderno.
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