martes, 1 de octubre de 2013

Pensamiento del Día, 1-10-2013



«—El bufón piensa que es sabio, pero el hombre sabio se reconoce como bufón.»
(William SHAKESPEARE; Stratford-upon-Avon, Warwickshire, Reino Unido, 26 de abril de 1564 – 23 de abril o 
3 de mayo de 1616. Afirmación de Touchston en As You Like It –Como gustéis-, Acto V, Escena I, 1599 
-2009, por ejemplo, para una edición en castellano-.)
Con frecuencia, hablando de lo divino (menos) y de lo humano (más), dando vueltas y más vueltas a los mismos temas, retorciendo perspectivas y argumentos para intentar aclarar algo las cosas, uno acaba sintiéndose, inevitablemente, una especie de charlatán... Una suerte, en fin, de bufón, un poco grandilocuente, empeñado, con gracia más que dudosa, en mostrar que algo tiene que decir sobre el mundo y la realidad que nos ha tocado vivir.
Afortunadamente, uno ha aprendido a reírse de sí mismo cuando se descubre en tal función... Es decir, a no tenerse por un bufón sabio (al fin y al cabo nadie nos hace ni puñetero caso, aunque nuestras extravagancias puedan resultar muy cool como ruido de fondo, como una especie de “hilo musical” para consultorios ontológicos), tanto como por alguien que aspira a saber más sobre las sombras del mundo con la clara conciencia de que ello, aquí y ahora, le obliga inexorablemente a ejercer como bufón... O tornarse en moderno anacoreta, al estilo del azconiano personaje al que Fernando Fernán Gómez diese magistralmente vida para Juan Estelrich (El anacoreta, 1976).
Pero, bien lo sabían Azcona, Estelrich y Fernán Gómez (o, mucho antes, William Shakespeare), no hay salida: si uno pretende avanzar en un cierto saber crítico sobre el mundo, hoy, aquí y ahora, por mucho distanciamiento irónico que se establezca, no tiene más remedio que reconocerse como bufón.
¡Desconfíese, pues, de quienes, pontificando, no lo hagan!.
Nacho Fernández del Castro, 1 de Octubre de 2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario