«¿Qué demonios saca un hombre de pensar?, sólo problemas.»
(Heinrich Karl BUKOWSKI, conocido
luego como Charles BUKOWSKI; Andernach, Alemania,
16 de agosto de 1920 -
Los Ángeles, Estados Unidos, 9 de marzo de 1994.
Erections, Ejaculations, Exhibitions and General Tales of Ordinary
Madness –publicada parcialmente como La máquina de follar-, 1972 -1978
para la edición parcial en castellano-.)
Ahora bien, el verdadero problema consiste
en identificar los problemas con algo
negativo, porque, al menos desde que Charles Darwin dejase en entredicho el
creacionismo (e incluso las vagas intuiciones evolutivas de Georges Louis Leclerc, conde de Buffon,
o las teorías transformistas de Jean-Baptiste-Pierre-Antoine de Monet de Lamarck),
sabemos que hay un vínculo estrecho y irresoluble entre problemas (conflicto, lucha) y vida.
La vida sin conflicto, sin problemas, sin
lucha, no evoluciona... Y además resulta tremendamente insulsa, tediosa,
aburrida.
Ahora bien, pensar también crea problemas a los poderosos, a quienes siempre
han estado, están y estarán interesados en que no pensemos (o, al menos, en que
no pensemos más que como a ellos les conviene que pensemos). Y, por ello,
porque a fin de cuentas pensar es vivir y
enfrentarse a la voluntad de los poderes reales (léase económicos) e interpuestos
(léase políticos, jurídicos, policiales),
resulta tan importante pensar.
Nacho Fernández del Castro,
26 de Octubre de 2013
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