sábado, 21 de julio de 2012

Pensamiento del Día, 21-7-2012


«Y recuerdo que mientras subía la escalera oí la voz del sepulturero junto a la puerta que me decía:
-Todo el mundo piensa en lo que puede haber bajo tierra, pero allí no hay nada.
-Entonces ¿dónde hay algo? –le pregunté.
-Alrededor, mirando alrededor. Ahí es donde se ven las cosas más hermosas.»

 

 (Ermanno CAVAZZONI; Reggio nell'Emilia, Emilia-Romaña, Italia, 1947. El inspector Savini en 
 Il poema dei lunatici –El poema de los lunáticos-, 1987.)
La preocupación por la muerte, ya lo decía Epicuro de Samos, es perfectamente inútil... Mientras estamos vivos, la muerte no existe; cuando estemos muertos, ya será demasiado tarde para preocuparse.
El dolor, eso es lo que nos debe preocupar... Y también, claro está, el placer. Maximizar éste, minimizar aquel.
O sea, que bajo la tierra de los cementerios o en los hornos crematorios no hay secreto alguno que deba ser develado... Sólo gusanos y cenizas.
Todo lo que merece la pena conocer, por hermoso u horrible, está a nuestro alrededor... Ahí están las verdaderas fuentes de nuestros dolores y placeres, lo que, en suma, debe ocuparnos y preocuparnos.
Hay que procurar fomentar las situaciones y emociones, frecuentar los paisajes y paisanajes capaces de regalarnos placer... Y, acaso aún con más empeño, hay que evitar los estados y altercados, huir de los rincones y bribones capaces de imponernos dolor.
Pero, ¿cómo puede uno huir, aquí y ahora, de quienes, para colmo y actuando como esos ancestros o mentores un poco sádicos que decían “pegarnos por nuestro propio bien”, presumen de representarnos mientras nos exigen todo tipo de sacrificios, merman todos nuestros derechos o machacan cualquiera de nuestras mínimas rebeldías “para que podamos salir adelante”?.
Nacho Fernández del Castro, 21 de Julio de 2012

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