domingo, 8 de julio de 2012

Pensamiento del Día, 8-7-2012


«Fue en la primavera del año pasado cuando se mudaron a aquella casa; pero tenía la sensación de haber vivido allí toda su vida. Desde el primer momento que entró por el portal, fue como llegar a su casa de verdad.»
 (María GRIPE, nacida Maja Stina Walter; Vaxholm, Suecia, 25 de julio de 1923 – 5 de abril de 2007.  
Agnes Cecilia, 1981 -1987 para la edición en castellano-.)
Hay tiempos, espacios, personas que tienen la capacidad de hacernos sentir como si hubiésemos encontrado definitivamente nuestro lugar en el mundo... Y, cuando en los tiempos del aquí y el ahora, en sus paisajes homogeneizados y ante tantos personajes inhóspitos que los pueblan, sentimos algo así, debemos aprovecharlo sin dudar, cultivarlo como el más delicado de los jardines, protegerlo con mimo de los absurdos de la vida...
Nuestra capacidad de resistencia frente el oprobio globalizado, nuestra voluntad de disidencia ante la retórica de la desesperanza, nuestra firmeza en la rebeldía contra la injusticia del “¡sálvese quien pueda!”, dependen, en buena medida, del encuentro y disfrute de esos tiempos, espacios y personas propicias para la ventura.
Sin todo eso, como refugio e impulso, el desánimo ante la gran estafa que llaman crisis, ante una casta política entregada a la representación de sus amos (económicos), ante mil nuevas formas de esclavitud y alienación simbólicas y reales, resulta casi inevitable.
Recuperar la pulsión de la lucha por la justicia, en lo que tiene de desbordamiento de lo que hoy se puede vislumbrar como posible, en lo que atañe a su dimensión utópica, exige un anclaje firme en algún “topos” concreto... Es decir, en algún lugar presente capaz de confortarnos, a través de las relaciones establecidas en su entorno, con una dicha referencial y universalmente deseable.
Nacho Fernández del Castro, 8 de Julio de 2012

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