Pensamiento del Día, 5-7-2012

«...No importa dónde y cuándo:
somos el soplo de aquel día ausente;
hablemos, recordando
nuestro viaje obediente
a la frágil llamada del presente.»

 (Margarita del Carmen Brannon Vega, conocida por su pseudónimo literario, Claudia LARS; 

Armenia, Departamento de Sonsonate, El Salvador, 20 de diciembre de 1899-San Salvador, 22 de julio de 1974. ültima estrofa de “5. De un trasmundo escondido...”, poema con el que acaba la Primera Parte de  

Sobre el ángel y el hombre, 1962.)

La llamada del presente, en crisis, no es sino el frágil resultado del impulso que recibimos en aquel ayer en el que estábamos ausentes... Ayer en el que nacimos sin conciencia de cuanto sucedía a nuestro alrededor... Ayer en el que crecimos escuchando consejos y recibiendo instrucciones como “quien oía llover”, seguros de nuestra fuerza creciente para explorar y disfrutar el mundo... Ayer en el que, conscientes ya de nuestras limitaciones, creímos que alguien se ocuparía siempre de compensarlas para situarnos en el perpetuo bienestar...

Y así nos precipitamos en este inhóspito lugar, en este lúgubre momento, atenazados por el miedo que bien se encargan de atizar “los poderosos”... Sus voceros dicen que la culpa es nuestra por haber “vivido por encima de nuestras posibilidades”, perdidos de nuevo en la prístina inconsciencia, en las vanas y ufanas seguridades personales, en las inútiles creencias en el mito del bienestar; pero eso no es cierto. Son otros los que “profesionalmente” nos dijeron cuáles eran nuestras posibilidades... Y nos engañaron... “Nuestras posibilidades” fueron definidas y concretadas por comerciales que el sistema financiero empleó para sustituir a quienes antaño se dedicaban a evaluar los riesgos de cada crédito... Comerciales que, atrapados en los estímulos para que el crédito fluyera sin trabas, multiplicaron artificialmente esas posibilidades.

Pero que nadie se preocupe... Como en todo Casino que se precie, “la Banca siempre gana”. Así que esos comerciales engrosan ahora las listas del paro (o han pasado a un trabajo aún más precario e inmoral) y nosotros hemos quedado endeudados de por vida. Quienes “estimularon esa rebatiña crediticia” se han marchado a su casa con suculentas compensaciones a sus desafueros y la casta política, como fiel servidora del capital, pone todo su ahínco en articular los medios precisos para que sigamos alimentando la banca a costa de lo que es común.

Y ¿todos tan contentos?... Yo, desde luego, no. Así que me atrevo a esperar que un volumen creciente de gente tampoco.

Nacho Fernández del Castro, 5 de Julio de 2012