«Duerma bien, doctor. Mañana le
recomendaré lo que necesitará para este viaje.»
(José Mauro de
VASCONCELOS; Río de Janeiro, Brasil, 26 de febrero de 1920 -
São Paulo, 24 de julio de 1984. Rosinha, mi canoa, 1962.)
La
vida nos obliga a atravesar marejadas
y huracanes, tormentas (más o menos perfectas) y calmas (más o menos chichas);
y, por eso, casi todo es, en su singladura, superfluo, sobrante, innecesario,
un verdadero lastre... Al final, lo único realmente imprescindible son los
buenos y desinteresados apoyos de quienes acompañan nuestro itinerario por este
mundo.
Por
eso hay que saber encontrar remansaos suficientes para ir conformando, entre
los azares y determinaciones del viaje
personal, esa compañía... Y cultivarla
(y, en la medida de lo posible, extenderla)
como el más precioso y apreciado de los jardines.
Nacho Fernández del Castro, 3 de Julio de 2012
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